El viernes unas personas amantes de los animales encontraron esta galguita en el Parque Wurzburg. El animalito se pegó a ellas y no quería separarse. Se la llevaron a su casa y la cuidaron esa noche. Estuvieron tratando de buscar a alguien que la quisiera pero no lo consiguieron así que el sábado nos llamaron y se despidieron llorando de ella.
Tiene que ser un animal que haya vivido en una casa porque no quiere estar en el exterior, quiere entrar en la casa, y cuando ve un sofa se abalanza a tumbarse en él.
Es tímida con otros animales hasta que los conoce ; con las personas no tiene nada de miedo. Tiene heridas como de perdigones así que está claro que no sirve para cazar.
Quizás entre todos consigamos buscarle un buen hogar o, al menos, una casa de acogida

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