MIGUEL PONCE MOMPART – Mataró, Barcelona – 27/08/2010

Ayuntamientos como el de Bilbao, Barcelona, y otros, cazan a las palomas que errantes por la ciudad ensucian bienes y molestan a la ciudadanía. Estas medidas consisten en atrapar a miles de palomas mediante redes, donde muchas mueren aplastadas o asfixiadas las unas contra las otras, mientras las menos afortunadas ven arrancados sus pies enredados en la red. Las que sobrevivan a esta práctica morirán posteriormente gaseadas adecuadamente.

Siempre a lo largo de la historia el ser humano ha necesitado del sacrificio de otras especies para la subsistencia, pero hoy afortunadamente el desarrollo tecnológico unido a una mayor sensibilidad de la opinión pública acerca del espacio común que compartimos, hacen que determinadas prácticas retrocedan aunque solo sea para no avergonzarnos cada mañana cuando nos miramos al espejo; la eliminación de lo que no es funcional, la muerte y tortura inútil de este bello y emblemático animal podría ser evitada introduciendo esterilizantes en la alimentación u otras medidas respetuosas con la vida desarrollada. Nuestros cívicos, cultos y democráticos gobernantes seguro que son capaces de emocionarse o por lo menos elogiar la paloma de la paz de Picasso, pero son completamente insensibles a la realidad, o eso parece.