A Salta le está costando un poco adaptarse a su nueva situación. No es fácil pasar de una casa a un Refugio. Los voluntarios le dan todos los mimos del mundo pero la pobre añora un hogar. Estas fotos son en su antigua casa , la de la persona que la recogió para que no la sacrificaran .
Quizás entre todos consigamos un hogar definitivo para Salta y que deje de tener los ojos tristes